1. Coge el libro que tengas más cerca, vas a la página 18 y escribe la línea 4:
"No se digna a recibirme porque es altiva y trivial, porque está vieja." Respiración artificial de Ricardo Piglia.
2. Si estiras tu brazo derecho ¿qué tocas?
Una "taza del amor" roja.
3. ¿Qué ha sido lo último que has visto por la televisión?
Mtha, ni idea, creo que hace como 2 meses que no veo televisión.
4. Sin mirar, ¿Qué hora es?
Como las 9:15 p.m.
5. Ahora mira, ¿Qué hora es?
9:17 p.m.
6-. Quitando la computadora, ¿qué escuchas?
De musiquita: nada, pero mi hombre está tecleando en la otra computadora, además lo escucho renegar de vez en cuando.
7. ¿Cuánto tiempo estuviste fuera el día que estuviste más tiempo en la calle?
Todo el día con noche incluída.
8. Antes de estar escribiendo en el blog, ¿Qué estabas haciendo?
Estaba hablando por teléfono con un amigo.
9. ¿Qué llevas puesto ahora mismo?
Blusa roja grandota de niño.
10. ¿Soñaste ayer?
Quizá.
11. ¿Cuánto tiempo te estuviste riendo la última vez que lo hiciste?
Fue hace una hora y creo que duré, como siempre, mucho tiempo; mis risotadas, además de estrepitosas, son muy prolongadas.
12. ¿Qué hay en las paredes de la habitación donde estás?
Litografías:
Action/Abstraction de de Kooning,
Fragment de crucifixion de Francis Bacon,
Misa gótica o mozarábica de Jphus Nava,
Dos manchas de tinta de Y. A. y
Un pizarrín con fotografías y trípticos pegados con tachuelas.
13. ¿Has visto alguna cosa extraña últimamente?
¿El amor cuenta? Yo cada día estoy más convencida de que él es algo bien extraño y más extraño es topárselo.
14. ¿Cual es la última película que has visto?
50 first dates por enésima vez y Conversando con la otra.
15. Si fueses multimillonario de la noche al día, ¿Qué comprarías?
Una casa en Mazatlán, una en Puebla y dos boletos de avión, hotel y demás para las Europas.
16. Alguna cosa sobre ti...
¿Mi hombre sobre mí? Jo, ya en serio: soy púrpura.
17. Si pudieras hacer alguna cosa en el mundo, independientemente de tus tendencias políticas, ¿Qué harías?
No tengo tendencias políticas, pero las tengo espirituales, entonces creo que me dedicaría a evangelizar.
18. ¿Te gusta bailar?
Sí, pero lo hago terriblemente mal, y sólo Iv puede arrancarme dos que tres pasitos mal hechos.
19. ¿Qué piensas de George Bush?
Realmente nunca pienso en él, además, ya ganó Obama.
20. Imagina que, por reacción espontánea, tienes una niña; ¿como la llamarías?
Yo le pondría Isabella o Selah, pero el hombre y yo todavía lo discutimos así que, seguramente , será otro el nombre.
21. Imagina que, en vez de tener a una niña, tienes un niño, ¿que nombre le pondrías?
Ya quedamos en que se llamará Matteo o Emiliano pero yo, secretamente, sigo pensando en él como Aleph.
22. ¿Te gustaría vivir en el extranjero?
Sí, pero no para siempre y no en cualquier lugar.
23. ¿Qué te gustaría que te dijese Dios cuando llegues al cielo?
"Bienvenida a casa".
lunes, 8 de diciembre de 2008
sábado, 6 de diciembre de 2008
Razones (las mías)
Él estudia los colores.
Le interesan las pinturas, los compuestos, las pinceladas, las sombras, la luz, el dripping, el pouring, el sanding, la coloración específica y demás, todo lo demás que pueda relacionarse, los tintes orgánicos (los que se mueren y apestan) y los inorgánicos. También le intereso yo.
Una noche descubrió mi color, no lo hizo viéndome, me leyó.
Leyó que el púrpura era el color de los reyes; que era carísimo; que era muy difícil de encontrar, de obtener (por ello el precio elevado y que nadie pudiera usarlo, sólo la realeza y los altos líderes religiosos); leyó que el rojo lo impregnaba, lo hacía suyo y le daba características apasionadas, dolorosas; leyó que el azul también le daba forma, que la melancolía del blue lo aprisionaba.
Yo soy Púrpura, siempre lo he sido, me muevo entre violettas, morados y púrpuras; me escondo en donde se puede y desde ahí ataco. El púrpura es mi fortaleza, es un color que no se decide, que pasa el rojo sangre al blue melancolía con tanta rapidez que, desconcierta.
Yo soy peor, peor que todo lo que pueda decirse del púrpura. Para obtenerme hay que matar al molusco, hay que matar a la mujer-molusco, a la mujer-mar que soy.
Le interesan las pinturas, los compuestos, las pinceladas, las sombras, la luz, el dripping, el pouring, el sanding, la coloración específica y demás, todo lo demás que pueda relacionarse, los tintes orgánicos (los que se mueren y apestan) y los inorgánicos. También le intereso yo.
Una noche descubrió mi color, no lo hizo viéndome, me leyó.
Leyó que el púrpura era el color de los reyes; que era carísimo; que era muy difícil de encontrar, de obtener (por ello el precio elevado y que nadie pudiera usarlo, sólo la realeza y los altos líderes religiosos); leyó que el rojo lo impregnaba, lo hacía suyo y le daba características apasionadas, dolorosas; leyó que el azul también le daba forma, que la melancolía del blue lo aprisionaba.
Yo soy Púrpura, siempre lo he sido, me muevo entre violettas, morados y púrpuras; me escondo en donde se puede y desde ahí ataco. El púrpura es mi fortaleza, es un color que no se decide, que pasa el rojo sangre al blue melancolía con tanta rapidez que, desconcierta.
Yo soy peor, peor que todo lo que pueda decirse del púrpura. Para obtenerme hay que matar al molusco, hay que matar a la mujer-molusco, a la mujer-mar que soy.
Razones (las del diccionario)
Púrpura.
1. f. Molusco gasterópodo marino, cuya concha, que es retorcida y áspera, tiene la boca o abertura ancha o con una escotadura en la base. Segrega en cortísima cantidad una tinta amarillenta, la cual al contacto del aire toma color verde, que luego se cambia en rojo más o menos oscuro, en rojo violáceo o en violado.
2. f. Tinte muy costoso que los antiguos preparaban con la tinta de varias especies de este molusco o de otros parecidos.
3. f. Tela, comúnmente de lana, teñida con este tinte, que formaba parte de las vestiduras propias de sumos sacerdotes, cónsules, reyes, emperadores, etc.
4. f. Color rojo subido que tira a violado.
5. f. Prenda de vestir, de este color o roja, que forma parte del traje característico de emperadores, reyes, cardenales, etc.
6. f. Dignidad imperial, real, consular, cardenalicia, etc.
8. f. Heráld. Color heráldico, que en pintura se representa por el violado y en dibujo ordinario por medio de líneas diagonales que, partiendo del cantón siniestro del jefe, bajan hasta el opuesto de la punta.
9. f. Med. Estado morboso, caracterizado por hemorragias, petequias o equimosis.
1. f. Oro en polvo finísimo, de color rojo pardusco, que se hace precipitar de las disoluciones de sus sales por medio de ciertas sustancias reductoras.
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